17 Jun
17Jun

Autónomos, PYME y grandes empresas en Italia: ¿qué diferencias hay en su enfoque de la innovación?Según el último Osservatorio sull'Innovazione Digitale delle PMI (2020), la estrategia digital de las PYMES difiere de la de las grandes empresas no solo en cuanto a las inversiones, sino también en cuanto a las opciones organizativas. A pesar de representar poco más del 4,9% del total de las empresas italianas, las PYME son responsables de una gran porción del mercado, y exactamente del 41% de toda la facturación. Pero la brecha digital con respecto a las grandes empresas no se justifica sólo por su tamaño y capacidad de inversión o presencia en el mercado internacional: la facturación media por empleado es un 28% inferior a la de las grandes empresas, y los valores son más o menos los mismos cuando hablamos de salario y valor añadido, de nuevo por empleado. En un mercado cada vez más interconectado, en el que el papel que juega lo digital y la presencia online marcan realmente la diferencia, lo que podría ser la clave para un aumento de la facturación y los salarios de las pymes es el incremento de la inversión en lo digital y un enfoque diferente más orientado a la innovación. De nuevo, según el Observatorio del Politécnico de Milán, sólo el 10% de las pymes tiene su propio comercio electrónico, sólo el 30% adopta soluciones en la nube y el 18% no tiene ninguna figura corporativa que se ocupe de la innovación digital. Un reciente seminario web de Gartner titulado IT Forecast 3Q 2020 - Technology Trends accelerated by COVID, confirma la previsión de un aumento de las inversiones en TI de aquí a finales de año igual al +7% en todo el mundo (también, pero no sólo para superar la crisis; también y sobre todo un aumento que afectará a las PYME que fueron las más afectadas por la crisis de Covid-19 y que, por tanto, necesitan encontrar una palanca para volver a ponerse en pie).

Las herramientas que necesita para promocionar su empresa


LISTA DE CONTROL


Los pasos a seguir para una estrategia digital ganadora.La estrategia digital a seguir por las PYMES que se han quedado "atrás" respecto a las demás, contemplará en primer lugar la presencia central de un Gestor de Innovación -diferente al responsable de informática-, figura que alimentará la introducción de una cultura digital en la empresa y planificará, año a año, las acciones a realizar para definir una estrategia, tanto en los procesos internos como externos. La primera inversión debe ser un programa de formación del personal, en particular contra los riesgos y peligros de los ciberataques (ciberseguridad) a la red de la empresa y sus datos, ataques a menudo alimentados involuntariamente por los propios empleados, y más generalmente una formación centrada en las herramientas digitales, con un enfoque diferente del trabajo, también en vista del Smart Working. Un segundo elemento será comprender en profundidad el uso de las herramientas de colaboración, a menudo mal utilizadas y sin aprovechar plenamente su potencial. Y, de nuevo, una gestión adecuada de los datos (incluidos los de clientes y proveedores) y de la información empresarial (almacenamiento, copia de seguridad y archivo digital protegido). Junto con el Director de Innovación, la alta dirección (que en las pequeñas empresas suele coincidir con el propietario del negocio) tendrá que considerar la posibilidad, cuando sea posible, de invertir en herramientas de marketing digital como la venta online y offline, acompañada de una página web y presencia en las redes sociales, como canales de contacto con sus clientes. No hace falta ser una PYME de 250 empleados para hacer la revolución digital: incluso un despacho de arquitectos, un restaurante o una gran tienda de alimentación pueden emprenderla.


Innovación digital y organización preexistente: no basta con tirar los documentos a la basura después de escanearlos.Está claro que para recorrer el camino de la transformación digital de una empresa, ya sea grande o pequeña, es necesario un cambio que debe mejorar el rendimiento pero al mismo tiempo mantener intacta la historia y las características que la hacen única y, sobre todo -durante la fase de transformación- no frenar la productividad. No será sólo cuestión de archivar digitalmente los documentos que antes se recogían en papel en carpetas, quizá organizadas por años naturales. 


No bastará con escanearlos y, a partir de una fecha determinada, dejar de utilizar el formato papel y emplear únicamente el digital, con la llamada desmaterialización de los documentos. Tenemos que transformar los procesos empresariales, no simplemente digitalizarlos, crear un entorno empresarial digital en el que la información sea el centro del sistema. Esto requiere necesariamente un cambio en la visión estratégica dentro de cada organización y un continuo perfeccionamiento de las herramientas, así como una plena implicación de los colaboradores y empleados.


El primer paso es siempre el más importante: algunos

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